Reflexiones para iniciados

Friday, March 21, 2008

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LOS GRANDES INICIADOS

Krishna La India y la iniciación brahmánica

“Aquel que crea sin cesar los mundos, es triple. Es Brahma el Padre; es Maya la Madre; es Vishnú el Hijo; Esencia, Sustancia y Vida. Cada uno encierra a los otros dos, y los tres son uno en lo Inefable.” (Doctrina brahmánica Upanishads.)
Hacia el año 3.000 A.C., Devaki, hermana del malvado rey Kansa de Madura concibió virginalmente a Krishna con Mahadeva, que se le apareció en forma humana.
La leyenda de Krishna nos lleva a la fuente misma de la idea de la Virgen-Madre, del Hombre-Dios y de la Trinidad. En la India esta idea aparece desde el principio en su simbolismo transparente con un profundo sentido metafísico.
Krishna se retiró al monte Neru para meditar su doctrina y el cambio de salvación para los hombres. Sus meditaciones y austeridades duraron siete años. Entonces sintió que había dominado a su naturaleza terrestre por medio de su naturaleza divina, y que se había identificado lo suficiente con el sol de Mahadeva, como para merecer el nombre de Hijo de Dios.
Sentado bajo los cedros del monte Neru, frente al Himalaya, Krishna comenzó a hablar a sus discípulos de las verdades inaccesibles a los hombres que viven en la esclavitud de los sentidos, les enseñó la doctrina del alma inmortal, de sus renacimientos y de su unión mística con Dios. El cuerpo –decía- envoltura del alma que en él mora, es cosa finita, pero el alma que le habita es invisible, imponderable, incorruptible, eterna. El hombre es triple como la divinidad que refleja: inteligencia, alma y cuerpo.
Si el alma se une a la inteligencia, alcanza el Satwa, la sabiduría y la paz, si permanece incierta entre la inteligencia y el cuerpo, entonces es dominada por Raja, la pasión, y va de objeto en objeto en un círculo fatal; si el alma se abandona al cuerpo, entonces cae en Tama, la sin razón, la ignorancia y la muerte temporal. Pero, ¿Cuál es el destino del alma después de la muerte?
Cuando el cuerpo se disuelve y Satwa (la sabiduría) domina, el alma vuela a las regiones de esos seres puros que tienen conocimiento del Altísimo. Cuando el cuerpo experimenta esa disolución mientras Raja (la Pasión) reina, el alma vuelve a habitar de nuevo entre los que están apegados a las cosas de la tierra. Del mismo modo, si el cuerpo es destruido cuando Tama (la ignorancia) predomina, el alma obscurecida por la materia es de nuevo atraída por una matriz de seres irracionales.
Krishna dijo:
Escuchad el secreto. Para alcanzar la perfección hay que conquistar la ciencia de la Unidad, que está por encima de la sabiduría, hay que elevarse al ser divino que está por encima del alma, por encima de la misma inteligencia. Este ser divino, está en cada uno de nosotros, porque Dios reside en el interior de todo hombre, pero pocos saben encontrarlo. He ahí la vía de la salvación, domad vuestras pasiones.
Krishna continuó:
Escuchad lo que Él dice por mi boca:
Yo y vosotros hemos tenido varios renacimientos. A los míos solo yo los conozco, pero vosotros no conocéis ni siquiera los vuestros. Y cuando la virtud declina me hago visible al mundo, y así me muestro de edad en edad para la salvación del justo, la destrucción del malvado y el reestablecimiento de la virtud.

Cuando los semi sabios, los incrédulos le pedían les explicara la naturaleza de Dios, respondía:
“La ciencia del hombre solo es vanidad, todas sus buenas acciones son ilusorias cuando no sabe relacionarlas con Dios.”
Krishna, seguido de sus discípulos, y gran número de anacoretas hizo su entrada en Madura, destronó al malvado rey Kansa, y con el consentimiento de los grandes del reino y del pueblo consagró a su discípulo Arjuna, el más ilustre descendiente de la raza solar, como rey de Madura. Sin embargo, cuando los reyes del culto lunar supieron que un rey del culto solar había vuelto a ascender al trono de Madura, y que gracias a los Brahmanes iban a ser dueños de la India, formaron entre sí una poderosa Liga para arrojarlo del sitial. Krishna, pese a la oposición de Arjuna, lo envió a la guerra contra los del culto lunar. ¡Dichosos los guerreros que consideran la batalla como una puerta abierta para el cielo! Pero si no quieres combatir en este justo combate, caerás en el pecado, abandonando tu deber y tu fama. Todos los seres hablarán de tu infamia eterna, y la infamia es peor que la muerte para el que ha sido honrado.
Es preciso –dijo Krishna- que el hijo de Mahadeva muera atravesado por una flecha, para que el mundo crea en su palabra. Lo comprenderéis después de mi muerte. Oremos. Llegaron los arqueros, y Krishna de rodillas cerca del cedro recibió la primera flecha y exclamó:
“Los hijos del sol han vencido”. Cuando la segunda flecha vibró en su carne dijo: “Madre mía radiante, que los que me aman entren conmigo en tu luz”. A la tercera dijo solamente: “Mahadeva” Y luego con el nombre de Brahma, entregó el espíritu.
El cielo se veló. El cuerpo de Krishna fue quemado por sus discípulos. Después de esto, una gran parte de la India adoptó el culto de Vishnú, que conciliaba los cultos solares y lunares en la religión de Brahma.

Nuestro próximo capítulo: Hermes. Los misterios de Egipto.