LIBERTAD

A MIS HERMANOS:

Libertad de conciencia y tolerancia son los principios sobre los que se basa una sociedad libre.

Estas para poder caminar hacia mejores rumbos indefectiblemente necesitan de los pares de opuestos, de la tesis y la antitesis, que a más de incentivar el libre juego de las ideas y del pensamiento, nos permite equilibrar las pasiones y desbordes humanos. La dualidad nos lleva a consagrar la trinidad como el número de la perfección y la armonía que no es otra cosa que la síntesis, la misma que a su vez no es otra cosa que un constante y permanente volver a reiniciarse en el camino de nuestra superación.

La dialéctica ha sido durante siglos la forma como hemos concebido e interpretado el desarrollo de las sociedades y sabemos a ciencia cierta que su ruptura, la unípolaridad, ó sea, el totalitarismo es la sepultura de toda forma de libertad y posibilidad de desarrollo.

Ninguna institución que no sea dependiente del estado, es permitida y admitida en países totalitarios, ya que por principio, no toleran a quienes piensan distinto. En todos ellos los disidentes son perseguidos, apresados y en su caso muertos.

Nosotros los hombres y las instituciones, no debemos ser un cuerpo inerte y sin movimiento que juegue a auto complacerse con la sabiduría que nuestros mayores nos regalaron. Al contrario, debemos ser la fuerza y la energía que dé luz a los más grandes aportes y nuestro papel no puede ser el de simples espectadores de un drama que amenaza destruir nuestra Patria.Todo tiene un lugar y todo tiene un tiempo, el reloj de la historia nunca para y lo que hoy no hicimos, con seguridad mañana será motivo de lamentos, cuando en el exilio los que queden, se sienten a recordar a sus hermanos muertos en Bolivia o lo que de ella subsista.

No es buen consejero el cerrar los ojos y mentirse o auto engañarse, en Bolivia se va camino a la implantación de un régimen totalitario de características raciales reivindicatorias, en el que, los que no pensamos o no somos iguales, no tenemos cabida. De cada uno de nosotros depende el rol que juguemos en este drama en el que nadie saldrá ganando y en el que nos vemos obligados a actuar, por principio, por obligación y por supervivencia.

Que nadie crea ser un avestruz y que ocultando la cabeza estará seguro, que la seguridad individual en estas circunstancias no es un don permitido, nuestra obligación para con el pueblo es absoluta y si en un momento tenemos que actuar, que sea ahora, antes que sea tarde, ó que la sangre ya esté corriendo en el rió o lo que es peor aun que ya no podamos hacerlo.

Que DIOS nos guíe y nos dirija, que alimente nuestro espíritu y sea el bálsamo con el que curemos nuestras heridas y que mañana, si nos lo permite, tengamos la cordura suficiente como para entender que los hombres y los países, para ser y crecer, no necesitan enemigos, sino amigos y mejor aun si son hermanos.

Que la fraternidad sea nuestra forma de actuar, que la igualdad sea nuestro norte; y la libertad nuestro objetivo.

Julio Cesar Gil Quiroga